"Creo que creo en lo que creo que no creo. Y creo que no creo en lo que creo que creo" Vicente Huidobro

sábado, 16 de abril de 2011

De la oruga premonitoria

La cosa es así. Esto fue entre fines del año pasado y principios del corriente. No recuerdo la fecha exacta. Era cerca de alguna fiesta, o navidad o año nuevo. ¿O fue a principios de marzo?

Me había acostado para dormir, y había estado alrededor de cinco minutos acostada, sin poder parar de pensar, y por tanto sin lograr dormirme. Que digo, lo normal.
Si no me equivoco no había nadie en la casa... Y si había alguien estaba dormido, o dormida.
Al lo que voy. Al momento, yo dormía en una "habitación" sin puertas ni nada, que va, un pasillito sin terminar en donde fue a parar mi cama. Los juguetes de hipocritahermanito (El más chiquito, de dos años y pico) estaban en su cajita (Una de plástico, color verde). Entre ellos estaba la oruga.
Yo no les presté atención. Solo intentaba dormir. La oruga, el juguete que fue maldito por una noche, había estado en esos días casi sin andar, ya no le quedaban baterías. Supuestamente debía estar apagado.
Van cinco minutos desde que me he acostado a dormir, oscuridad total, silencio total.
"Vamos a... "
Me quedé unos segundos pensando. Recordé que la oruga de hipocritahermanito decía, según que botones presionabas: "Vamos a aprender los números", o "Vamos a aprender las formas"; luego presionabas una forma o un número (Tres de cada una/o) y lo decía en voz alta. Típica voz "achicada", como yo le digo. En fin, que me pareció raro. Se suponía que no andaba. Y se suponía que no andaba solo.
"Bah, quizás se presionó algún botón, y la oruga todavía estaba encendida", pensé. Me senté en la cama y la miré. No hizo nada. "O quizás fue mi imaginación. Están todos dormidos y estás intentando dormir en una oscuridad total, mientras pensás en cualquier cosa con tal de no dormir..." (Entonces, sí estaba mi familia dormida).
Me volví a acostar, e intenté dormir. Una parte de mí quizás pensó en la oruga. No lo recuerdo. Pero luego mi mente divagó por otras cuestiones sin importancia, aún sin dejarme dormir.
"Vamos a..."
Me levanté de inmediato, para ver a la oruga. Creo haber llegado a ver un destello de su luz, mientras terminaba de hablar. Una luz roja y apagada, que daba cuenta obvia de que le quedaba poca batería.
Me quedé mirándola. "Vamos, habla, habla. Quiero verte, ¿Qué carajo querés decir?". Sí, si lo hubiera dicho en voz alta hubiera quedado como loca... Bien. Ahora que lo pienso, el solo pensar en eso y además escribirlo, me hace parecer una loca. Y lo soy. Pero creo (En parte) en muchas cosas, los espíritus por ejemplo. Y las premoniciones, he tenido muchas hasta el día de la fecha... Y en ese momento esa idea me pasaba por la mente. "Vamos... Que tengo sueño, no tengo todo el día." Esto, creo que directamente lo dije en voz alta. No me iba a escuchar nadie... (Ahora que reflexiono esto, casi me dan ganas de no publicar jaja) "Vamos. Si vas a decir algo, ahora, y más te vale que sea importante, porque estoy muerta de sueño y vos jodiéndome..." O dije algo parecido, al menos. Pero le hablé al juguete. Pensando que era alguna entidad, o algo. Y quizás lo era. Cansada, miré a la oruga, desafiante. "¿Nada?". ¿Tengo que decirlo? No respondió.

Me acosté de nuevo, boca a rriba, me tapé un poco...
"Vamos a prender las armas"
Me quedé. Flipé, como dirían allá en España; flasheé, como decimos acá en Argentina (al menos en Bs. As.).
Tuve miedo, lo admito. Nunca había tenido una premonición tan clara, tan consisa... Y a la vez tan confusa y extraña. O era un fantasma juguetón, o era una premonición, o yo estaba más loca de lo que debería... Y para mí la respuesta era obvia (Por favor, gente... Que me quedé con la segunda, con la premonición, no con la tercera). Lo pensé unos momentos, me quedé atenta a cualquier sonido. Nada raro, nada fuera de lo normal. ¿Qué podría ser? ¿Una guerra próxima? ¿Iban a matarme? ¿A alguien que conociera? ¿Iba a pasar algo siquiera?
En ese momento me sentí una loca. Quizás solo eran cosas mías. La una de la madrugada, con sueño, sin poder dormir, todo a oscuras, sin dejar de pensar en boludeces, sola... Y mi imaginación con rienda suelta. ¡Le había hablado a un juguete!
Cerré los ojos, me acurruqué e intenté dormir. No era nada. Sería una anécdota como cualquier otra. Sentí que me empezaba a dormir, que el sueño me ganaba...
¡Pum! 
¿Es necesario aclarar que ESO fue un disparo? ¡¿Qué me quedé flipando, alucinando, flasheando... con miedo?! Por si acaso lo hago.
No me sentía capaz de dormir.
Repasé la situación al menos seis veces. "Vamos a...", seguido de "Vamos a...", seguido de alentaciones e insultos de mi parte, seguido de me voy a dormir, seguido de "Vamos a prender las armas",  y cinco minutos después un disparo.
Lo tuve que anotar, con un crayón medio roto que tenía a mano, en una hoja no usada de matemáticas, con una letra que solo yo comprendo, a la luz del celular, porque no podía creerlo. El tenerlo anotado —además de permitirme dormir medio en paz —, me demostraría que no fue un sueño, que ocurrió de verdad.
Le di vueltas al tema más de una semana, todavía estaba que no lo superaba.
Todavía le doy vueltas, todavía recuerdo la sensación... Todavía no sé si alguien murió al otro lado de mi barrio. No quise intentar averiguarlo.
Saludos, gente. Ya me cuentan si les pasó algo así alguna vez.

2 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

¡Muchísimas gracias por tu visita a mi Siberia, encanto!
Recibe un gran abrazo lleno de luz.

¡Mucho éxito!

Hipocritamentehumana dijo...

¡Gracias a vos por tu visita! Recibe un abrazo de luz tú también, y pasa un buen día (Que semana, que mes, que año y vida)!