"Creo que creo en lo que creo que no creo. Y creo que no creo en lo que creo que creo" Vicente Huidobro

sábado, 16 de abril de 2011

De la oruga premonitoria

La cosa es así. Esto fue entre fines del año pasado y principios del corriente. No recuerdo la fecha exacta. Era cerca de alguna fiesta, o navidad o año nuevo. ¿O fue a principios de marzo?

Me había acostado para dormir, y había estado alrededor de cinco minutos acostada, sin poder parar de pensar, y por tanto sin lograr dormirme. Que digo, lo normal.
Si no me equivoco no había nadie en la casa... Y si había alguien estaba dormido, o dormida.
Al lo que voy. Al momento, yo dormía en una "habitación" sin puertas ni nada, que va, un pasillito sin terminar en donde fue a parar mi cama. Los juguetes de hipocritahermanito (El más chiquito, de dos años y pico) estaban en su cajita (Una de plástico, color verde). Entre ellos estaba la oruga.
Yo no les presté atención. Solo intentaba dormir. La oruga, el juguete que fue maldito por una noche, había estado en esos días casi sin andar, ya no le quedaban baterías. Supuestamente debía estar apagado.
Van cinco minutos desde que me he acostado a dormir, oscuridad total, silencio total.
"Vamos a... "
Me quedé unos segundos pensando. Recordé que la oruga de hipocritahermanito decía, según que botones presionabas: "Vamos a aprender los números", o "Vamos a aprender las formas"; luego presionabas una forma o un número (Tres de cada una/o) y lo decía en voz alta. Típica voz "achicada", como yo le digo. En fin, que me pareció raro. Se suponía que no andaba. Y se suponía que no andaba solo.
"Bah, quizás se presionó algún botón, y la oruga todavía estaba encendida", pensé. Me senté en la cama y la miré. No hizo nada. "O quizás fue mi imaginación. Están todos dormidos y estás intentando dormir en una oscuridad total, mientras pensás en cualquier cosa con tal de no dormir..." (Entonces, sí estaba mi familia dormida).
Me volví a acostar, e intenté dormir. Una parte de mí quizás pensó en la oruga. No lo recuerdo. Pero luego mi mente divagó por otras cuestiones sin importancia, aún sin dejarme dormir.
"Vamos a..."
Me levanté de inmediato, para ver a la oruga. Creo haber llegado a ver un destello de su luz, mientras terminaba de hablar. Una luz roja y apagada, que daba cuenta obvia de que le quedaba poca batería.
Me quedé mirándola. "Vamos, habla, habla. Quiero verte, ¿Qué carajo querés decir?". Sí, si lo hubiera dicho en voz alta hubiera quedado como loca... Bien. Ahora que lo pienso, el solo pensar en eso y además escribirlo, me hace parecer una loca. Y lo soy. Pero creo (En parte) en muchas cosas, los espíritus por ejemplo. Y las premoniciones, he tenido muchas hasta el día de la fecha... Y en ese momento esa idea me pasaba por la mente. "Vamos... Que tengo sueño, no tengo todo el día." Esto, creo que directamente lo dije en voz alta. No me iba a escuchar nadie... (Ahora que reflexiono esto, casi me dan ganas de no publicar jaja) "Vamos. Si vas a decir algo, ahora, y más te vale que sea importante, porque estoy muerta de sueño y vos jodiéndome..." O dije algo parecido, al menos. Pero le hablé al juguete. Pensando que era alguna entidad, o algo. Y quizás lo era. Cansada, miré a la oruga, desafiante. "¿Nada?". ¿Tengo que decirlo? No respondió.

Me acosté de nuevo, boca a rriba, me tapé un poco...
"Vamos a prender las armas"
Me quedé. Flipé, como dirían allá en España; flasheé, como decimos acá en Argentina (al menos en Bs. As.).
Tuve miedo, lo admito. Nunca había tenido una premonición tan clara, tan consisa... Y a la vez tan confusa y extraña. O era un fantasma juguetón, o era una premonición, o yo estaba más loca de lo que debería... Y para mí la respuesta era obvia (Por favor, gente... Que me quedé con la segunda, con la premonición, no con la tercera). Lo pensé unos momentos, me quedé atenta a cualquier sonido. Nada raro, nada fuera de lo normal. ¿Qué podría ser? ¿Una guerra próxima? ¿Iban a matarme? ¿A alguien que conociera? ¿Iba a pasar algo siquiera?
En ese momento me sentí una loca. Quizás solo eran cosas mías. La una de la madrugada, con sueño, sin poder dormir, todo a oscuras, sin dejar de pensar en boludeces, sola... Y mi imaginación con rienda suelta. ¡Le había hablado a un juguete!
Cerré los ojos, me acurruqué e intenté dormir. No era nada. Sería una anécdota como cualquier otra. Sentí que me empezaba a dormir, que el sueño me ganaba...
¡Pum! 
¿Es necesario aclarar que ESO fue un disparo? ¡¿Qué me quedé flipando, alucinando, flasheando... con miedo?! Por si acaso lo hago.
No me sentía capaz de dormir.
Repasé la situación al menos seis veces. "Vamos a...", seguido de "Vamos a...", seguido de alentaciones e insultos de mi parte, seguido de me voy a dormir, seguido de "Vamos a prender las armas",  y cinco minutos después un disparo.
Lo tuve que anotar, con un crayón medio roto que tenía a mano, en una hoja no usada de matemáticas, con una letra que solo yo comprendo, a la luz del celular, porque no podía creerlo. El tenerlo anotado —además de permitirme dormir medio en paz —, me demostraría que no fue un sueño, que ocurrió de verdad.
Le di vueltas al tema más de una semana, todavía estaba que no lo superaba.
Todavía le doy vueltas, todavía recuerdo la sensación... Todavía no sé si alguien murió al otro lado de mi barrio. No quise intentar averiguarlo.
Saludos, gente. Ya me cuentan si les pasó algo así alguna vez.

martes, 12 de abril de 2011

De planeaciones malévolas


Bueno, acá estoy. No menos de tres lavados seguidos de cabeza, bien fuerte, mucho tiempo; no menos de una hora bajo la ducha; no menos de media hora cepillándome el cabeza; no menos de 15 centímetros de pelo arrancados.
La hicieron en grande. Un poco de huevo por acá, harina por allá... Pero no se conformaron con eso. Lo clásico, lo convencional nunca es suficiente. Entonces mejor agregarle cosas.
(Conversación ficticia entre D. y N.)
— Boluda, ¿Y si le tiramos orégano?
— Daale...
— Y mostaza. También aceite...
— No, esperá, aceite no, boluda, que después eso le mancha la ropa.
— Ahh, le tiraba lavandina también viste.
— Jaja, no, igual aceite no.
— Está bien. Pero mostaza sí. ¡Uy, boluda, como va a quedar! Jaja, huevo, harina, mostaza, ¡Detergente!
— ¿Detergente?
— Si... Se va a querer morir. Y vinagre. Una botella entera de vinagre. Por su bien, que se traiga una remera, porque sino el uniforme le va a quedar hecho mierda...
— Si...¡Y las zapatillas nuevas! Bueno, que se joda si las trae, porque nosotras le avisamos. Además, para venir al colegio...
— Sí... Yo no aparecía boluda.
— Yo meos. ¿Y le llevamos pañuelos para después? Así al menos puede ver...
— Pero déjala, a la pendeja esta, que pañuelos para la cara, que se cague, que se compre los suyos.
— Jaja, boluda, la vas a matar. (Idea) ¡Podríamos tirarle un huevo a la nuca! ¡Bien fuerte, cosa que le duela!
— Daale... Bueno, mañana llevá todo ehh...

Ya se imaginarán quién era quién. Después creo que se junto J. con ellas, y les dio la idea de que otro de los huevos fuera destinado a mi boca.  Pero bueno, yo que sé. El tema es que concretaron todo eso, y que además la única que me tiraba de todo era D., porque N. se conformó con tirarme el huevo a la nuca y después un par más, y J. se conformó con el huevo a la boca y la cámara de fotos. Claro que, quizás, J. tenía buenas intenciones y creía que el huevo crudo era rico (Incluída la cáscara), y N. se creía que si me dolía el primer huevo, el resto de las cosas no las iba a sentir, y D. ..., bueno, D. solamente quería vengarse de los huevos y la harina de N., tirándome una salsa a mí. No pregunten como pensaba que eso era una venganza contra N., porque yo no lo sé. Pero que se desquitó... Se desquitó.

En fin... "Padre" me preparó unas milanesas de berenjena rellenas (¡Jum! Me comí las tres), con fídeos... Creo... Y repito, creo, que los fídeos eran recalentados. No importa.
Yo no tenía hambre mientras me bañaba — Tres veces, tres veces! Y sin descanso porque ese olor a vinagre... — pero cuando salí, el olorcito de las berenjenas cocinándose me pudo!
Saludos de la familia... A todos los que no respondí los mensajes: O no sabía quiénes eran, o estaba en el cole. Ahora me pongo a responder, pero... Bueno, digamos que sigo sin saber quiénes son. ¡Sean pacientes! Algún día los voy a tener entre mis contactos. A los que me saludaron en persona ya les respondí, jaja.  "Madre" llegó, saludó de nuevo... A las 5.30 me desperté y ella me saludó! 5.30! Ah, y no le digo "Madre" como si fuera vieja o algo, ¡Ojo!, que no se moleste...

La cuestión es que tantos huevazos, mostazazos, oreganazos... (?) ... valió la pena por las magdalenas de N. ... O hubiera valido la pena si no se las hubiera llevado por las prisas. Y me queda todo el día, y toda la noche... Así están las cosas, gente.


Y si nadie adiinó, hoy es mi cumpleaños. Yo no le doy tanta importancia, es un año más, pero bueno... No niego que me divierto.

martes, 5 de abril de 2011

Ser médica... ¿Ser médica? (Y un poco de Sabina)

Esto es algo que me planteé entre que iba y estaba en un concierto de Joaquín Sabina, el sábado por la noche. Dejo el playlist para acompañar la lectura (Son pocos temas, pero algo es algo...)

Découvrez la playlist Sabina avec Joaquín Sabina

  Ser médica... Antes de entrar al concierto el sábado por la noche, me sentía segura, segurísima. Quería estudiar para médica. Total, que la medicina siempre ha estado presente en mis "sueños de vida".

  Desde médica veterinaria - Admítanlo, chicas... Muchas hemos jugado a la veterinaria alguna vez... Que no he de ser la única - hasta una médica común, luego yendo y viniendo entre ambas, sin decidirme: ¿Humanes, o no humanes?; después se me dio lo de psicóloga...

  Psicóloga: Vamos, que entre lo que escucho de los problemas de amigas, familiares y conocides, "Sin decir ni J", y que cuando acaban les planteo las posibilidades de resolver la situación (Dicho sea: Son las mismas que la persona en cuestión planteó antes, pero más desarrolladas), les dicto los pros y contras de cada una, y jamás se enteran de qué les sugiero que hagan... ¡Alá! La psicóloga perfecta.
  Pero luego todo eso de que si te llevas el problema a casa... No me pinta mucho. Que me decidí que no.

  Sugirieron radióloga, por ahí: Pero es que para andar aburrida tengo otras tareas...
  Pediatra: ¡Claro!, me llevo bien con les niñes, pero con todo lo que mi madre ha planteado sobre el tema... No, gracias.

  Está bien, ¿Anestesista, entonces?: Ayudas mucho a gente que está grave, pero sin tener que abrirles la piel y coser los órganos y qué se yo, y además dicen que cobras "un tostón" -que como esto sea poco, me cago en la vida misma, porque qué significará gilipollas entonces -, en fin, que cobras mucho porque es un trabajo muy importante, y preciso. Bien, anestesista, entonces (Y piensa, piensa, piensa; encuéntrale algo malo... ¡Ya está!): Ah, pero ¿Y si me pongo nerviosa y algo sale mal, lo culpable que me voy a sentir? No, no, no, y no. Anestesista no. Además, mi madre que me ha puesto en duda.
- ¿Y estás segura de que te pagan bien? No sé, se me hace como qué... - Anestesista, no.

  ¡Médica cirujana!: He visto un par de series de esas de "E.R.", "Grey's Anatomy", "Private Practice", y se ve que mola. Y mi madre:
- ¿Estás segura, hija? -un tono dudoso que mejor ni hablar -  Hace lo que quieras, pero a mí con todo eso de que abren a la gente, y eso... - Véase, con cara de asco. Y yo:
- Sí, es verdad. Además que si me toca una nena, o un nene, yo la verdad que no voy a poder, te juro que me muero si le pasa algo.
  Y así queda. Cirujana, no. Pero no se crean que no volví al tema varias veces, y siempre es igual: Al principio mola, como en las novelas, pero después da miedo: "¿Y si me toca una nena, o (...)? Lo dicho.

  Algo que dijo alguna profesora se me quedó grabado. Había dicho, que para ser médica especialista -en ese caso hablaba de médica forense, pero a mí los muertos... Asco no, pero lo dicho, si me toca una nena... -, primero había que recibirse de médica. Siete años de carrera. Después le que quería, podía especializarse, eso era cosa de dos o tres años creo. Y ayer encontré la solución, entonces: Médica. Y luego decidía en qué especializarme, o no. Y fantaseaba camino al concierto -si, fantaseaba como idiota, pero eso no importa -: Que total, solo queda ver qué curso de computación hago este año, o el siguiente, que solo un año duran y me da salida laboral, porque siete años trabajando de mesera, o de cajera, o algo así, a mí no me va. Además necesito ahorros, y cuanto más gane mejor, y -esto no lo pensé en el momento, pero ahora... - de peloquera ni en pedo. Ya demasiados en la familia, y a mí no me gusta. Pero voy a recibirme de médica, eso sí. Luego me arreglo.

  Entonces así quedé. Hasta el show. Que escuchando uno de los temas -de esos que mencionan a España y sus ciudades, por no hablar del tono gallego de Joaquín -se me pasaron varias ideas por la mente, algunas respecto a esto.
  Porque yo quiero visitar España algún día -si es todo el mundo, mejor que mejor, pero con España me basta y sobra - y, ¿Cómo estar segura de lograr coincidir vacaciones del trabajo y de la facultad/universidad? ¿Y de qué tendré dinero suficiente? No pienso esperar siete años o más, a partir del inicio de estudios terciarios. Si pudiera iría ya, pero no. ¿Y si espero a graduarme, no tendré que esperar a tener un trabajo fijo para marchar? Y a tener vacaciones. ¿Y si me toca que no gano mucho? ¿Qué otro trabajo puede gustarme en el qué paguen mucho, y qué pueda viajar de vacaciones? Y que ocupe poco tiempo... Obvio que ocupa tiempo. Aunque si no ocupara, tanto mejor...

  En fin, que quedé en la nada absoluta. No tengo idea de qué puta carrera voy a seguir, o de qué mierda recibirme, pero no importa. Que viajo a España, viajo a España. Y que fui a un concierto de Sabina, eso sí que importa.

sábado, 2 de abril de 2011

Guerra de Malvinas

Tenía pensado hacer posts días por medio, pero hoy es un día especial.
2 de abril. Es probable que en muchos lugares esta fecha no sea famosa, no haga llorar a los mayores. Aquí, en Argentina, esta fecha es incluso mágica. ¿Mágica? Sí. La magia se refiere a tener poder, a ser capaz, y esta fecha es capaz de hacer llorar aún a la persona adulta más inexpresiva. Les chiques no tienen mucha idea de esto. A quién no lo vivió, le parece una especie de ensoñación, un mundo a parte.
Ayer, viernes, hubo un acto. Debo admitir que no me di cuenta sino hasta el momento mismo del acto, que estabamos a un día de esta fecha. Que no me emocionaba pensar que tantos combatientes hayan muerto en las guerras de las Malvinas. Que ni siquiera me interesaba el tema. Incluso, no escuché las primeras palabras casi, estaba ocupada en mis cosas. Luego vino el momento de la poesía, - Siempre, una poesía, leída por algune profesor o alumne, hace presencia en los actos -  y me dejé llevar por las palabras. Las escuché atentamente. La leía un profesor de literatura, uno de los más queridos en el curso, quizás eso me ayudó a dejarme llevar. En la última línea, la voz se le cortó. No lo llegué a ver debido a la multitud, pero estoy segura de que lloró. Eso es lo que me hizo pensarlo. El hecho de la empatía misma. Los recuerdos ajenos, la emoción, la tristeza. El que una persona adulta llore en público. El que el sentimiento sea real.
Lo pensé mucho en verdad. Nunca me agradó la fecha por el simple tema de la guerra. No me agrada la guerra, u homenajear a quiénes combatieron... Pero combatieron por una causa que defendían. Ni siquiera estaban preparados. Ni siquiera ganarían.
En fin, supongo que este es mi pequeño homenaje a esos combatientes, a sus familias, a sus amigues... Y a todes. Les dejo un poema para terminar con el asunto:
Abril bajo la cruz del sur
Abril es difícil si uno es argentino... si uno es argentino y consciente. Tal vez cualquier ciudadano inglés no tiene la menor afección al respecto: una guerra del siglo pasado, que vencieron con un ejército entrenado, en islas lejanas y desconocidas.
Mejor es gritar un gol de Tévez.
Para nosotros es imborrable, la neblina espesa, el dolor rojo punzó, la cara desorientada de tantos adolescentes en el frente de batalla.
Blancas son esas cruces, como frío el metas de las armas y cálido el recuerdo de los que no volvieron de Malvinas.
 Ana Callegaris

viernes, 1 de abril de 2011

Cuento impensable.

    Es una extraña más, en un mundo de extrañes absolutes.
    No deja de pensar: Nadie conoce a nadie, aunque muches creen que lo hacen. Ni siquiera elles mismes se conocen. Ni siquiera sus parientes, sus amigues, conocides... Nadie.
    Todes son extrañes.
    Y una se cree única, porque sabe la verdad. Y cree que es la única que desconfía de todo, que es la única que sabe que nadie es como parece.
    Pero no es así. Hay que admitirlo.
    En un principio, una cree que es la única que ha empezado a cambiar, a despertar, que conoce ciertas cosas, que sabe... sabe. Luego cae en la cuenta de que puede haber cierta cantidad de gente que piensa como ella. Que se da cuenta de las cosas. Muy poca gente, en verdad. Pero en seguida, apenas esto deducido, vuelve a pensar.Y piensa. Y no son cientos, sino miles, sino millones de personas, las que son como ella. Sino todo el mundo. Sino, en otros planetas. Le resulta sorpresivo. Le resulta obvio. Le resulta... que todas las personas mienten, todo el tiempo.
    Nota, que hay tantas personas que piensan lo mismo que ella, como granos de arena en una playa. Como gotas de agua en el mar. Como estrellas en el universo. Como árboles en el mundo. Y, de no creer, pero no son cada vez menos árboles en el mundo. Son cada vez más. Para ella, el tiempo no avanza, retrocede. Para todos, el tiempo va hacia atrás.
   Ella aprende que, aunque todes se crean distintes, en el fondo son iguales; que, aunque crea no seguir a la masa, eso es exacto lo que hace; ¿Remar contra la corriente? No existe una corriente. Todes siguen distintos caminos, intentando llegar al mismo fin. Siempre hay alguien que toma el mismo camino que una.
   Se da cuenta, que - no así como les lobes que siguen a la manada - una sigue sus propios pensamientos, sus propias acciones... Y las acciones suyas, las que ella realiza, son las mismas que las que realiza una cantidad importante de gente. Asi sus pensamientos.
   ¿No se entiente? Que somos nadie.
   - ¿Por qué somos nadie? - Le preguntará un lector, una oyente, ya incluso quién habla.
   Y ella responderá: - Porque somos iguales. Porque lo que hacemos es lo que hace el resto. Porque pensamos lo que piensa el resto. Porque, a pesar de esto, seguimos creyéndonos úniques. Por esto somos nadie.
    Pero es que has de entender, - Continúa - somos nadie, porque no somos alguien. No tenemos pensamientos propios, no tenemos nada que hayamos creado por nuestra cuenta. Que el hombre - por no decir la mujer; que aunque hubiera sido una mujer, decir mujer en referencia a la humanidad... Mal visto en sociedad machista - ha creado por su cuenta las herramientas, y las tecnologías, y cientos de etcéteras, son puras patrañas. Porque todo lo ha visto ya, y ha copiado mecanismos, si no eran de la naturaleza misma, de une (Mal llamado) invento, copia de ella de todas formas y, sino, de un invento aún precesor, que era copia de otro, copia de otro que no era más que un intento de usar los mecanismos naturales en beneficio de la mujer - Y sí, que si vuelve a decir hombre dirán que es machista - y que al fin y al cabo la originalidad se les ha ido a la mierda, por las tuberías, hacia el carajo mismo. Y dicen que ser alguien es ser original, entonces no somos nadie. No es un pensamiento incoherente, no.
    Y la lectora, así el oyente, así mismo quién habla, quién escribe, volverá a preguntar, insatisfeche con esa respuesta que si no certera es confusa, que si explica algo lo hace bien entre líneas, y que ha perdido a esta persona apenas se menciona el machismo, y que no dice mujer, y que se ha perdido y punto. Entonces cuestiona, porque no se puede recibir una respuesta y luego no volver a cuestionar, porque siempre (Siempre) alguna duda queda:- ¿Pero y el teléfono, la Internet, la música?
    Ella evita reír, pero se le escapa una sonrisilla:- ¡Pero es que lo único que podría ser original es la música! Y ni siquiera. El teléfono, se inventó luego del telégrafo, es una mejora, una copia, mejorada, pero una copia al fin y al cabo. Y la Internet copia de esto, que era para comunicarse, aunque casi ni se haga. Y la música, es el sentimiento expresado. Pues bien, el sentimiento es original, pero no se lo creó la raza humana, que se lo implantó la naturaleza al ser humano, que es muy distinto. Y no somos los úniques que tienen sentimientos, o crean música, ¿Acaso les canes no aullan cuando están solitaries, cuando están temerosos, cuándo están tristes? ¿Y les pájaros no crean melodías hermosas, que bien podrían basarse, en parte, en sus sentimientos? Incluso les peces, ese sonidillo en sus aletas cuando se asustan e intentan escapar, no podría considerarse música? Y elles tampoco son originales, porque ya venían con la predispocisión. Y nosotres también.
    Y el interrogante queda vigente. Porque aún hay algo que se escapa, que va tan rápido que nadie lo atrapa, que ha quedado atrapado en la punta de la lengua. Pero a olvidarlo por un momento, que luego quizás vuelva. Pero ha quedado algo raro en lo dicho.
    Entonces, nuevamente, el lector, la oyente, quién habla o quién traduce vuelve a interrogar, buscando comprender el significado de esa creciene risa, de ese hilo de pensamientos, de esa forma de expresarse.
   Y dice:- Y si dejamos de lado este tema, solo por un momento... ¿Puedes contar por qué dices la "e" dónde va la "a" o la "o"? ¿Por qué omites el género, a tal punto que cuesta entender lo que intentas decir?
   Su sonrisa ya no es de burla, es de complacencia. No ha llegado a donde le apetecía, pero la conversación ha tomado un rumbo favorecedor. O quizás no. Porque se sabe explicar a sí misma, pero no a les demás. No es lo mismo pensarlo por covicción que con conciencia, buscando cada palabra necesaria, cada significado con una palabra, con una frase. Traducir el pensamiento primario en pensamiento secundario. Y expresarlo a otre, es aún peor, aunque ese otre sea ella misma.
    Pero se intenta explicar, la sonrisa borrádose del rostro:- Porque al decir 'les' en lugar de 'los', o 'las', estoy usando palabras verdaderamente generales, no como decir 'los' cuando se habla de todes, - Y nótese, que dijo "'los', o 'las'" como pudo haber dicho "'las', o 'los'" - porque es igual e injusto. Está igual de mal quedecir 'feminista' cuando se habla de igualdad. Esta etimológicamente mal, debería ser algo así como "igualista", además, ¿Qué hacemos si la sociedad toma un rumbo inesperado, y se considera que la hembra es mejor que el macho? ¿Feminista sería quién discrimina, y machista quién cree que somos todes iguales? Es totalmente absurdo.
    Y ahí va otra pregunta, porque queda la duda pendiente:- ¿Y hay que cambiar todo el vocabulario para que éste no sea "machista"?
    Pero ella se resigna, no quiere responder. No le interesa seguir explicándose, no le interesa responder a miles de preguntas que dan lugar a nuevas.
    Entonces, le lectore, le oyente, mismo quién habla, hace una última pregunta, segure de que no le seguirá ninguna otra: Volviendo a lo que se había dicho en un principio, podríamos decir que, a pesar de ser iguales, esto significa que no estamos solos. Eso es bueno, sin duda.
    Ella asiente, pensativa, pero sus pensamientos son tristes y opuestos. Le dedica una última sonrisa que sugiere ser un sí, una sonrisa que preende ser mentira creída.
    Y luego murmura lo que piensa, que si no lo dice la idea se le va, que igual le otre no la va a escuchar:- No estamos soles, es cierto, y eso es a lo que más temo. Mientras no nos alejemos del resto al menos un poco, no habrá forma de forjar nuestro camino propio, de volver a ser alguien, si es que alguna vez lo fuimos.